El arte llena mi vida. Me regocijo ante la belleza, la que yo considero, la que me produce placer... Por el contrario, muestro indiferencia ante lo banal y prescindible. Me sucede lo mismo con los/as artistas... Luis Rodríguez-Vigil (Oviedo, 1963) es superlativo e intenso, auténtico, un ser grandioso que transmite en presencia y en cada una de sus pinceladas. Tras descubrir su obra "La Maga Circe", un gran óleo que me cautivó por su fuerza y rotundidad, soñaba con encontrarle. Confieso mi nerviosismo previo a la entrevista pero, cosas de la vida, ese desasosiego se transformó en serenidad al traspasar el umbral de su hogar y conocerle.
La casa de Vigil, con unas inmejorables vistas a la Catedral de Oviedo, me transportó al París de la segunda mitad del siglo XIX. Una casa confortable, acogedora, llena de libros y de óleos apoyados en las paredes. Tuve suerte, mucha suerte, pues llegué en el momento preciso, iba a ser testigo del nacimiento de un -nuevo- artista: "Todo lo anterior no sirve, estoy empezando a vivir, un renacimiento que me entusiasma y motiva". Rápidamente, me ofreció algo para beber, se sentó y atusando su frondosa barba, me empezó a contar... ¡Gracias Maestro!
"Mis padres, Emilio Rodríguez-Vigil y Lucrecia González. Mi padre era un médico muy reconocido, jefe de Pediatría en el Hospital General de
Asturias. Estudié en el colegio La Gesta y en el Instituto Alfonso II. Artísticamente fui un niño prodigio. Con 18 meses, mi madre ya decía que pintaba -caras-. Tengo grabada una escena... Una tarde estábamos todos los hermanos dibujando en el despacho de mi padre. Encontré un papel y me puse a pintar las famosas caras… Una hermana me riñó por haber cogido un papel de un cajón, salieron todos de inmediato y me dejaron allí solo a oscuras. Cuando llegó mi padre, lejos de castigarme, me felicitó por aquellos dibujos. Es el primer momento en el que la vida explota creativamente para mí. Mi padre dibujaba muy bien y tenía una notable colección de pintura. Solía esperarle a que saliera de la consulta para pedirle que me pintara -milagros de sirenas- ¡Ya me contarás…! Para fastidiarme, él me dibujaba otras cosas. Con tres años, me llevaron a ver -Bambi-. La escena en la que se quema el bosque me pareció tan fascinante que al llegar a casa la pinté. ¡Voy a enseñártela! Si te fijas, los animales cuando llegan al borde es como si rebotasen, parecen pinturas prehistóricas. En esta época solo me gustaba pintar en blanco y negro. Definitivamente, la pintura fue un lazo de unión con mi padre...".
Fotografía 3345.- Dibujo realizado por Luis Rodríguez-Vigil a los tres años inspirándose en la película "Bambi". L.A.F.G. Oviedo, 2016. |
"Siempre me consideraron un artista. Teníamos un papel pintado con escenas vegetales y pájaros en el que me permitían poner pegotes de
plastilina. Fui muy precoz con la plastilina y con la masa moldeable Fimo, que se metía en el horno y con la que hacía
figuras muy extrañas y misteriosas. Como ves, mi casa era una
barra libre de creatividad que me hizo creer que era un niño
prodigio, aunque te confieso que a partir de los doce años era menos artístico que cualquier
niño de mi edad. Teníamos un tocadiscos y algunos LPs como -El Lago
de los Cisnes-... Un día puse el disco y empecé a bailar, descubriendo a mis padres observándome con una expresión
de rareza que nunca olvidaré. Se quedaron paralizados. Aquella escena les permitió comprender muchas cosas, pero les resultó más práctico aferrarse a la idea de que yo era un artista. Debo reconocer que yo también, fue mi manera
de sobrevivir".
Fotografía 3344.- Detalle del estudio de Luis Rodríguez-Vigil (1). L.A.F.G. Oviedo, 2016. |
Fotografía 3343.- Detalle del estudio de Luis Rodríguez-Vigil (2). L.A.F.G. Oviedo, 2016. |
"Exposiciones... Mi primera exposición fue en 1981 en la Caja de Ahorros de Asturias (Oviedo), al día siguiente del fallecimiento de mi padre. Estaba cursando el C.O.U. Lo correcto hubiera sido
suspenderla, pero la hicimos y la gente se sintió obligada a comprar todos los cuadros. Eran unos dibujos horribles, fantásticos, muy estereotipados, reiterativos y prácticamente plagiados de los pintores
románticos. Gracias a esta exposición me pude pagar el primer año de BBAA en Madrid y, de paso, caerle fatal a mucha gente del arte".
"Madrid supuso un gran cambio en mi vida. Era muy infantil y me fui a vivir con unos
tíos a El Plantío. El autobús me dejaba en Moncloa, que era una zona muy conflictiva donde te exponías a que te dieran una paliza como te vieran diferente. Tiempos en los que salía de casa vestido con abrigos y pantalones tobilleros para ir al mítico Rockola. Estuve en la capital desde el 81 al
89. En BBAA conocí a un grupo de personas muy afines a mí con los que charlaba de retrofuturismo, ciencia
ficción, cine clásico, literatura y temas que ahora están tan de moda como el vintage. Hubiera podido aprender mucho, si no hubiera estado todo el día en el bar, pero tenía mucha necesidad de comunicarme y ninguna voluntad de aprender. En el año 1985, empecé a trabajar con Antonio
Machón que tenía una galería muy importante en Madrid. Pintaba cosas muy kitsch, electrodomésticos, cebollas gigantes, una pintura muy matérica en la que empleaba pigmentos con
colas lanzados sobre el lienzo y pinceladas muy chillonas. Nunca fui un artista incomprendido, pues siempre vendí muy bien. Es curioso, era un niño guapísimo y como me creía feo, llevé vida de feo, y siendo un artista malísimo, como me creía buenísimo, trabajé
más de 20 años en esta prestigiosa galería".
Fotografía 3341.- "Sin título". Óleo sobre papel. Luis Rodríguez-Vigil, 2016. L.A.F.G. Oviedo, 2016. |
Fotografía 3340.- Óleos sobre papel (1). Luis Rodríguez-Vigil, 2016. L.A.F.G. Oviedo, 2016. |
"En 1989 entré en una gran depresión y no levanté cabeza hasta hace dos años, que me dejé aconsejar por un buen doctor en Oviedo. Para su estupor, había estado varias décadas sufriendo de insomnio incoercible sin haberlo consultado con nadie. Arruiné mi
vida por una enfermedad que se podía haber tratado. Me sentía muy cansado, con la sensación de ser un holgazán. En 1995, el Ministerio de Asuntos Exteriores me concedió una beca para ir a estudiar a la Academia
de España en Roma. De Roma, a Barcelona. Fue un periodo rodeado de belleza, pero mi depresión no me permitió disfrutar de nada... A mi madre le diagnosticaron alzhéimer y regresé a Oviedo para vivir unos años sin tiempo, sin distinguir las noches de los días".
Fotografía 3339.- Óleos sobre papel (2). Luis Rodríguez-Vigil, 2016. L.A.F.G. Oviedo, 2016. |
Fotografía 3338.- Óleos pintados por Luis Rodríguez-Vigil, 2016. L.A.F.G. Oviedo, 2016. |
"El pintor Luis Rodríguez-Vigil, empieza ahora. Voy a destruir todos los cuadros
que he pintado hasta este momento. Desde que vine de Roma, hasta hace un año, fui incapaz de acabar un
solo cuadro y ahora, tras unas operaciones que han mejorado mi calidad de vida, me siento con más fuerza. La mayoría de las personas de mi edad tienen nostalgia del pasado, echan de menos a seres queridos... Mi vida
actual es tan plena y tan por encima de cualquier día del pasado que tengo una relación muy positiva con la vejez. He roto
con algunos lazos muy negativos y que me ahogaban. Cada día me
encuentro mejor, tengo la mente más clara y hace muy poco, en un viaje a Madrid, tuve una revelación, empezar de cero. Después de 20 años
aprendiendo a pintar, regreso al dibujo y al boceto. Toda mi vida en adelante será un viaje hacia la felicidad. He sufrido mucho pintando, he llegado a estar diez años pintado un cuadro para luego tirarlo a la basura. Es raro encontrar a un artista con tal nivel de intensidad. Toda mi pintura es puro instinto, ahora todo fluye… He dedicado muchas horas a pintar con mucho sacrificio y esfuerzo porque estaba muy enfermo. Ahora me siento bien. La felicidad la encuentro en mi soledad, en la madurez, en mis gatos, en internet, en mis pinturas en pequeño formato y en papel. Ahora es mi momento, mi época".
Fotografía 3337.- Luis Rodríguez-Vigil con su mascota "Honey" en su estudio ovetense. L.A.F.G. Oviedo, 2016. |
NOTAS:
© "ENTREVISTA AL ARTISTA ASTURIANO LUIS RODRÍGUEZ-VIGIL: -TODA MI VIDA EN ADELANTE SERÁ UN VIAJE A LA FELICIDAD-". Entrevista realizada por Luis Alberto Fernández González.
Las fotografías números: 3337, 3338, 3339, 3340, 3341, 3342, 3343, 3344, 3345 y 3346, pertenecen al Archivo Particular de Luis Alberto Fernández González.
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Agradecimientos:
Luis Rodríguez-Vigil.
¿Qué te ha parecido la entrevista al artista Luis Rodríguez-Vigil?, ¿te ha gustado? ¿Qué opinas de su estilo pictórico? ¿Cuál ha sido la decisión más importante que has tomado en la vida?, ¿te has arrepentido? ¿Cuáles son tus artistas asturianos/as preferidos/as?, ¿por qué? ¿Qué valoras en un artista? ¿Qué tipo de pintura te gusta? ¿Visitas museos y exposiciones con cierta frecuencia?
Me ha encantado, no conocía a este artista y espero ver su nueva obra en breve
ResponderEliminarBss
Qué tal guapísima. Todo bien??? Luis Rodríguez-Vigil es un gran artista. Uno de nuestros genios locales con una obra que emociona y cautiva. Gracias por tus comentarios siempre tan positivos. Un beso, amiga!!!
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